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jueves, 22 de diciembre de 2022

Pon tus planes en manos de Dios

Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados (Proverbios 16:3)

El Proverbios 16:3 es un versículo profundo que ofrece una promesa de dirección y estabilidad en la vida. Este versículo, lo leemos en la versión RVR60 "Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados", contiene un principio fundamental de la vida cristiana que se refiere a la relación del ser humano con Dios. 

En él se encuentran dos elementos claves: encomendar nuestras obras a Dios y recibir la afirmación de nuestros pensamientos. A continuación, profundizaremos en el significado y la aplicación de este versículo, explorando su contexto y lo que implica para nuestra vida diaria.

1. El acto de encomendar a Jehová nuestras obras.

"Encomienda a Jehová tus obras" es un llamado a entregar nuestras acciones y decisiones a Dios. La palabra "encomienda" implica la acción de poner algo bajo el cuidado, la dirección y la supervisión de otra persona, en este caso, qué mejor que en las manos de Dios. Este versículo nos invita a reconocer que nuestras obras (acciones, decisiones, planes y proyectos) deben ser sometidas al Señor para que Él las guíe y las dirija conforme a su voluntad. Por todo lo que hagas en sus manos.

El concepto de "encomendar" a Dios nuestras obras no se refiere solo a orar por nuestras decisiones, sino a hacer un compromiso real con Él en todos los aspectos de nuestra vida. Implica buscar la guía divina antes de actuar, estar dispuestos a seguir su voluntad y confiar en su sabiduría. De esta manera, nuestras obras no son meramente impulsos humanos o decisiones egoístas, sino que se alinean con los planes y propósitos de Dios.

En las Escrituras, vemos ejemplos de personas que encomendaron sus obras a Dios y experimentaron resultados asombrosos. Por ejemplo, el rey David, a lo largo de su vida, se mostró siempre dispuesto a consultar a Dios antes de tomar decisiones importantes, ya sea en la guerra, en la administración del reino o en cuestiones personales. De este modo, David fue un ejemplo de alguien que reconoció su dependencia de Dios en todos los aspectos de su vida.

En nuestro contexto moderno, encomendar nuestras obras a Jehová puede implicar diversas acciones, como:

  • Tomar decisiones sabias: Consultar a Dios en momentos de duda o incertidumbre.
  • Plantear metas alineadas con la voluntad divina: Buscar no solo el éxito personal, sino el propósito de Dios en nuestras vidas.
  • Actuar con integridad: Asegurarse de que nuestras acciones reflejen los valores cristianos y glorifiquen a Dios.

2. La promesa de que nuestros pensamientos serán afirmados

La segunda parte del versículo dice: "Y tus pensamientos serán afirmados". Aquí, la afirmación de los pensamientos se refiere a la estabilidad y la claridad que Dios trae a nuestra mente cuando confiamos plenamente en Él. Cuando entregamos nuestras obras y decisiones a Dios, Él afirma nuestros pensamientos, lo que significa que nos da sabiduría, dirección y paz en medio de la incertidumbre.

Los pensamientos de una persona pueden ser inestables, influenciados por emociones, preocupaciones, presiones externas y deseos personales. Sin embargo, cuando seguimos el principio de encomendar nuestras obras a Dios, Él interviene en nuestra mente, fortaleciendo nuestra capacidad para tomar decisiones sabias y asegurando que nuestros pensamientos estén alineados con su voluntad. 

Esto nos proporciona seguridad y confianza en nuestras acciones, incluso cuando enfrentamos desafíos o situaciones difíciles.

3. La relación entre fe, confianza y acción

El versículo de Proverbios 16:3 nos muestra que hay una interacción directa entre nuestra fe y nuestra acción. Encomendar nuestras obras a Jehová no es solo un acto de oración pasiva, sino que también implica un compromiso activo. La fe se traduce en acción. Al confiar en Dios para guiar nuestras decisiones, debemos estar dispuestos a actuar según la dirección que Él nos da.

Este versículo nos recuerda que Dios no solo desea que le entreguemos nuestras preocupaciones, sino que también nos invita a confiar plenamente en Él y actuar con la seguridad de que Él afirmará nuestros pensamientos. Por tanto, no debemos dudar de Su capacidad para guiarnos ni de Su deseo de hacernos prosperar en nuestros caminos. La acción de encomendar nuestras obras está ligada a una confianza profunda en que, cuando actuamos conforme a la voluntad de Dios, Él se encargará de afirmarnos y darnos éxito.

4. Aplicación práctica en la vida diaria

En la vida personal: Al encomendar nuestras obras a Jehová, podemos enfrentar los desafíos de la vida diaria con una nueva perspectiva. Ya sea que estemos tomando decisiones en nuestras relaciones, manejando nuestras finanzas o enfrentando problemas personales, si colocamos estas áreas bajo el cuidado de Dios, Él nos dará claridad para tomar las mejores decisiones.

En el trabajo o los estudios: Este versículo también se aplica al ámbito profesional o académico. Si buscamos la dirección de Dios en nuestros proyectos y trabajos, Él nos ayudará a tomar decisiones acertadas, a ser diligentes y a actuar con sabiduría. Al confiar en Dios en nuestros esfuerzos laborales, nuestros pensamientos se afirmarán, lo que nos permitirá ser efectivos y exitosos en nuestras tareas.

En la vida espiritual: En nuestra vida de fe, encomendar nuestras obras a Jehová significa poner nuestra espiritualidad en manos de Dios. Es buscar su guía en nuestra relación con Él, orar para saber cómo vivir de acuerdo a Su voluntad y hacer todo lo posible para glorificarle en cada aspecto de nuestra vida.

5. El ejemplo de Jesús: Un modelo de encomendar las obras a Dios

En el Nuevo Testamento, encontramos en Jesús un modelo perfecto de lo que significa encomendar nuestras obras a Dios. Jesús, aunque siendo Dios, constantemente buscaba la dirección de Su Padre y sometía Sus deseos y planes a Su voluntad. En el jardín de Getsemaní, por ejemplo, antes de Su crucifixión, Jesús oró: "Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). A través de esta oración, Jesús demostró su total confianza en el plan de Dios, aún cuando ese plan significaba sacrificio personal y sufrimiento.

De la misma manera, debemos aprender a rendir nuestras obras a Dios, confiando plenamente en su soberanía y en que su voluntad es siempre lo mejor para nosotros, incluso cuando no comprendemos todos los detalles.

Corolario: este texto nos enseña un principio esencial para una vida cristiana fructífera y alineada con la voluntad de Dios: Encomendar nuestras obras a Jehová. Este acto de entrega implica confiar en Dios y buscar Su dirección en todos los aspectos de nuestra vida. Al hacerlo, recibimos la promesa de que nuestros pensamientos serán afirmados; Dios nos dará sabiduría, claridad y dirección en nuestras decisiones. Al vivir de esta manera, podemos tener paz y seguridad, sabiendo que no estamos solos en nuestro caminar y que Dios guiará nuestros pasos hacia lo que es mejor para nosotros y su gloria. 


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Encarnación, Py -Ciudad de Dios

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